Friday, February 27, 2015

Cómo mantener al terrorismo islámico bajo control

En forma breve y sintética expongo mis ideas de cómo puede enfrentarse, a largo plazo, al terrorismo islámico.

1.    Contribuir a mantener el equilibrio entre chiitas y sunis.  La lucha entre ellos tiene más de mil años y mantener ese equilibrio “a la baja” reduce las posibilidades de acciones a gran escala en contra de occidente. El equilibrio debe ser a la baja, es decir, no propiciar un desarrollo militar moderno de alguna de las dos facciones, todo lo contrario.  Ambos son enemigos de la cultura occidental y el que hoy es “un mal menor”, mañana puede ser el peor.
2.    Atacar sus fuentes de financiamiento.  Sus principales fuentes son: a) la venta de petróleo, b) donaciones, c) tráfico de drogas.  La primera gran tarea de occidente en este sentido es lograr su independencia energética y la segunda hacer que las fuentes renovables de energía lleguen a ser más económicas y eficientes que el petróleo.  El dinero que procede de donaciones está, por lo general, concentrado en bancos seguros de occidente; rastrear el dinero y congelar las cuentas debe ser una prioridad.  Una tercera fuente es el negocio ilícito de drogas.  Esta es una razón más para legitimar ese negocio.
3.    Continuar ayudando al fortalecimiento de Israel.  Proporcionar a Israel una alta tecnología militar que le permita superar la de sus agresivos vecinos es vital para mantener el equilibrio en la región.
4.    Batalla ideológica”.  Esta es una labor a muy largo plazo, pero sin dudas la más eficaz para estirpar la mentalidad bárbara de los terroristas islámicos que siguen el Corán al pie de la letra.  Muchos musulmanes formados en Occidente regresan a sus países para contribuir con sus conocimientos.  Esta es una vía para divulgar las ideas de libertad y crear escuelas paralelas donde los niños se eduquen en los valores civilizados del respeto a las libertades de los individuos en vez del fanatismo religioso.  Financiar estas escuelas es mucho más económico que financiar guerras.  Empoderar económicamente a los grupos no islamistas, mientras se debilita económicamente a los islamistas es la vía ideal para estirpar el mal islámico.

5.    Operaciones militares quirúrgicas”.  Obviamente, en casos extremos es necesario el uso de la fuerza militar.  El principio básico a observar en este caso es que no se debe dañar el equilibrio entre sunis y chiitas y que el equilibrio debe ser “a la baja”.