Friday, January 2, 2015

Vence la filosofía del pragmatismo


Por Sergio Hernández de Armas

Pasado el apasionamiento de los primeros momentos, procede un breve análisis mesurado de la cuestión cubana.

Aunque por motivos distintos, el gobierno americano y el régimen de los Castros coinciden en un mismo objetivo: la estabilidad interna en la isla.

La alarma de ambos lados del Estrecho de la Florida la disparó la creciente crisis en Venezuela.  Una posible suspensión de la ayuda venezolana (estimada en 13 mil millones de dólares anuales) podría significar el caos, los Castros perder el control y crearse una situación de anarquía.  Escenarios posibles: un levantamiento popular que desembocaría en violencia, un éxodo masivo, los narcotraficantes usando a la isla de trampolín para la droga…  Como resultado los EUA se verían involucrados y los Castros, cuya vida depende del poder, se deben estar visualizando a sí mismos frente a un pelotón de fusilamiento. 

Los americanos siempre han estado deseando una transición pausada y realizada por los Castros y hoy ya se ponen de acuerdo con un esquema de cambios paulatinos que permitan la estabilidad del país (lo más importante para EUA) y donde los Castros tengan garantizado que su salida del poder esté solo en manos de la biología. 


La división de la disidencia es la causa por la que hoy no está presente en ese esquema.  Si se une y forma una concertación, existe la posibilidad de que se convierta en un factor a tener en cuenta por los dos interlocutores.   Mientras tanto, el gobierno americano y los Castros continuarán su plan y, por supuesto, siempre que se produzca un hecho represivo los americanos harán pronunciamientos “de preocupación” para el consumo de la opinión pública.